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¿Te unes a la revolución saludable?

  • Foto del escritor: Mun
    Mun
  • 26 feb 2020
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 17 abr 2020

El día que, después de más de 24h despierta, por primera vez en mucho tiempo me tumbé sobre el césped y observé el paso de las nubes, en vez de ir a casa y dejarme caer en la cama me sentí mejor que nunca.

Al cabo de unos minutos de inmersión en la brisa suave de primavera, escuchando el ronroneo de las hojas de los árboles, percibiendo el olor de la hierba recién podada... me pregunté por que me sentía tan bien. En paz, arropada, segura. El sol se escabulló entre las nubes y me acarició la piel. Todo lo que había aprendido sobre "salud" me pareció irrisorio con lo que ahora sentía.


Tan sólo 20 minutos contemplando el cielo y dándome cuenta poco a poco de aquello que me rodeaba fueron suficientes para devolverme la energía y un estado mental que hacía años que no alcanzaba, menos después de 24h de guardia en urgencias. Los árboles murmuraban. Los pájaros mantenían alegres conversaciones que yo no entendía pero me provocaron una sonrisa. El calor progresivo del sol sobre mi piel un día frío de marzo. El olor que desprendían sutilmente el tronco de los árboles... ¿olía a pino? El parque estaba vivo. Tan vivo como cualquiera de nosotros.​​ Sentí que nuestro latido de vida se unificaba. El ritmo de las nubes, de la brisa... el latido de mi corazón. Se sincronizaron. Hice un "baño de bosque" sin conocer aún que ese término existía.

Komorebi, palabra japonesa para definir "los rayos de sol que se filtran a través de las hojas de los árboles"

Volví a casa contenta y feliz, convencida de que había hallado la visión más holística de la salud que jamás hubiera imaginado y que automáticamente me llevaba a la mente imágenes de tribus y de culturas antiguas en armonía con la Naturaleza. Curiosamente, culturas longevas y sanas. Unos días después, casualmente mi hermana me regaló un libro que cambiaría mi visión de la salud, de la vida y de nuestra relación con la naturaleza para siempre. Se llamaba Shinrin-Yoku, baños curativos de bosque, de Yoshifumi Miyazaki. ¿Por qué no me habían hablado en la Universidad de esto?

El ser humano se desenvuelve en su plenitud cuando se encuentra en contacto con la naturaleza. Los primeros en cumplir esta premisa fueron nuestros antepasados más antiguos, hace unos 7.000.000 de años, y más por obligación que otra cosa ya que ellos literalmente vivían en los bosques, con las ventajas y también los peligros que eso suponía. Así fue desde dónde evolucionamos como especie, al ritmo de la naturaleza, exitosamente hasta unos años. Concretamente, 2 siglos, en los que el 50% de la población mundial se ha trasladado a ciudades y entornos urbanos. Esto nos tiene que hacer reflexionar: hemos estado más del 99,99% de nuestro tiempo como especie viviendo en un entorno natural. Ahora, ¿quién de nosotros tiene contacto diario con el bosque? Los genes no cambian en 200 años por lo que la conclusión es que vivimos en una sociedad moderna, sedentaria y estresada, con cuerpos adaptados al entorno natural.

Evolución humana

Un cuerpo preparado para trepar, saltar, mover pesos, huir rápidamente, recorrer largas distancias. Un sistema de sentidos y órganos activados por los cambios de temperatura, la intensidad de la luz, el acceso o no a comida, los olores, la humedad... Condenados a jaulas de cemento, vida bajo luz artificial, una posición en sedestación en muchos casos durante más de 8 horas, estrés constante por "amenazas" irreales. ¿Creéis que podemos estar sanos en este contexto?

Trepar, colgarnos, fuerza... actividades vitales a incorporar en nuestro día a día

Actualmente, los japoneses vuelven a ser pioneros en redescubrir y dar valor a lo que es evidente: nos sentimos mejor cuando estamos rodeados por la naturaleza. Practican un nuevo tipo de medicina preventiva que cuenta con el respaldo de una gran cantidad de estudios científicos que avalan los numerosos beneficios psicológicos y fisiológicos de lo que ellos llaman terapia forestal y consiste en impregnarse de las propiedades curativas del bosque.

El Shinrin-Yoku, que se traduce con poca precisión como baño de bosque, pero que significa mucho más: sumergirse en la atmósfera del bosque, como si se tratara del océano, usando todos nuestros sentidos para llegar a una relación muy íntima con él, una experiencia de vuelta a nuestro hogar original, que despierta nuestros sistemas de defensa más primitivos y que a día de hoy hemos comprobado que , entre los muchos beneficios que tiene, mejora nuestro sistema inmunitario, la tensión arterial y el cortisol.

Bosque de Koyasan, en Japón. Foto de @zoomarang.photography.

Me siento muy afortunada de haber viajado por dos veces a Japón y experimentar lo que es bucear entre árboles. Sí, sus paisajes son tan espectaculares que cuesta no entrar en trance sólo con pasear por el bosque. Pero no hace falta ir a Japón (aunque os lo recomiendo, al menos una vez en la vida). Nosotros, aquí en Europa, también disponemos de la posibilidad de integrar la naturaleza en nuestro día a día y así aprender y nutrirnos de los beneficios que esto conllevaba, para nosotros y para ella. ¿Te sientes agobiada e inquieta? Sal del sitio encerrado en el que estés y ve al bosque más cercano que conozcas. Quizá es un parque, no importa. Siéntate bajo un árbol, respira hondo y pon toda tu atención en cada detalle. Imprégnate del verde a través de tus ojos, aliméntate del sol a través de la piel... Notarás que te pones "en hora".


Mi propuesta es que pases la mayor parte del día en contacto con la Naturaleza y eso lo lograrás con estos 4 consejos fáciles y prácticos:

  • Ves a donde tengas que ir caminando e incorpora en tu ruta parques, calles con árboles, montaña... lo que tengas más cerca.

  • Incorpora plantas a tu hogar, dentro y fuera.

  • Haz actividad física en entornos naturales y exige a tu ayuntamiento que ponga equipos de barras para hacer ejercicio al aire libre.

  • Traslada tu actividad social al exterior, ¿puede ser este fin de semana el ideal para pasear por el bosque con tu familia?

Me voy a encargar, artículo a artículo, de darte toda la información necesaria para que te convenzas de que esta es la vía para la salud. Sin esta conexión con la Naturaleza y sin entender que formamos parte de ella, ningún fármaco te devolverá la vitalidad natural.


Tu salud está en tus manos.


Actualmente, la medicina que practico es la llamo "medicina del bosque" porque me parece un resumen precioso de la integración entre medicina moderna, medicina tradicional y naturaleza. Una integración de Oriente y Occidente en KOOMO: los baños de bosque, la nutrición y cocina holística, las plantas y las setas medicinales, la ausencia de tóxicos en nuestro día a día, el hogar sostenible que incite al movimiento natural y el ejercicio evolutivo son las claves fundamentales para respetar nuestra cronobiología. La clave para respetar nuestra Naturaleza, por dentro y por fuera.


Como lamentablemente la medicina forestal del dr. Qing Li (os hablaré de él más adelante, por supuesto) no forma parte de nuestro sistema de salud español, este blog es un micrófono hacia la sociedad con el objetivo de reecontrar el ser humano con la naturaleza. ¿Lo conseguiremos? Estoy convencida de que es cuestión de tiempo. Para mí, es una revolución saludable. Poner un "basta" a la sociedad actual, observadora de su ombligo, que piensa que nada tiene que ver con el entorno... Nuestro único futuro es lograr la reconexión con los bosques y con nosotros mismos.


Bienvenidos a Koomo.

¿Te apuntas a esta revolución saludable?


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Un abrazo muy grande,


Mun


 
 
 

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