EL SHINRIN-YOKU
- Mun
- 16 abr 2020
- 8 Min. de lectura
El poder del bosque

La salud y el bienestar de las personas dependen mucho del entorno natural con el que interactúan. La biofília. Esto que hasta hace unos años era algo obvio pero carente de fundamento científico, a día de hoy la ciencia lo confirma. El primer estudio se llevó a cabo en 1990, en Yakushima, por el dr. Miyazaki de la Universidad de Chiba y consistió en dejar a 5 personas pasear por el bosque durante 40 minutos y luego comparó los efectos a los de una caminata sobre una cinta para correr. Además de más energía y mejor humor, se observó que la concentración de cortisol (la hormona del estrés) en sangre de los participantes que habían caminado por el bosque era mucho menor. Posteriormente, el dr. Qing Li, de la Escuela de Medicina Nippon de Tokyo, prosiguió con numerosos estudios que confirman, una vez trás otra, los efectos beneficiosos del bosque en el ser humano (*os dejo al concluir el artículo el link a la búsqueda en Pubmed por si queréis leer los estudios).
"Durante mucho tiempo se consideró que el efecto terapéutico del shinrin-yoku dependía de las experiencias personales de cada uno y sus genes. En 2004, el Ministerio de Agricultura y Pesca japonés encargó un estudio de dos años de duración para comprobar los efectos del shinrin-yoku en nuestra salud. Y con él se demostró finalmente lo que ya sabíamos: un baño forestal puede tener un impacto muy positivo sobre nuestra salud tanto física como mental" Dr. Qing Li

Beneficios del Shinrin-yoku
Actualmente se ha demostrado que los baños de bosque rebajan los niveles de cortisol y adrenalina (las hormonas del estrés), anulan el sistema simpático (de enfrentamiento o huida), potencian el sistema nervioso parasimpático (de reposo y recuperación), aumentan las horas de sueño y reducen la tensión arterial y la variabilidad de la frecuencia cardíaca. Todo esto se puede traducir en los siguientes beneficios:
Reducir la tensión arterial
Reducir el estrés
Mejorar la salud cardiovascular y metabólica
Reducir el nivel de azúcar en sangre
Mejorar la concentración y la memoria
Combatir la depresión
Mejorar el umbral del dolor
Recargar energía
Potenciar el sistema inmunitario al aumentar el recuento de Natural Killers (células defensoras)
Aumentar la producción de proteínas anticancerígenas (perforina, granzima A y granulisina)
Ayudar a perder peso
Aún no sabemos el por qué de muchos de estos beneficios. Aunque la mayoría se atribuyen a las fitoncidas, también es cierto que realizamos ejercicio durante el shinrin-yoku y que a menudo las personas afines a ir al bosque tienen mayor conexión consigo mismas y se cuidan más... en conclusión, la salud no depende de ninguna sustancia sino de nuestro estilo de vida.
"Estamos "programados" para sentir afinidad por el mundo natural; del mismo modo que obtenemos beneficios cuando estamos en él, nuestra salud sufre con la separación." Dr. Qing Li
Las fitoncidas
La aromaterapia natural del bosque, el olor que todos hemos apreciado alguna vez al caminar entre los pinos un día de verano. Cierra los ojos unos instantes y recuerda esa aroma. Relajante, ¿verdad? Además de tener una concentración de oxígeno mayor, el aire del bosque está lleno de fitoncidas, los aceites essenciales que como ya sabemos son volátiles y por eso los encontramos pululando en la atmósfera del bosque. Estas sustancias son segregadas por los árboles para protegerse de bacterias, insectos y hongos, pero también para comunicarse entre ellos. Sí, los árboles hablan entre ellos. ¿Te sorprende?

La concentración de las fitoncidas depende de la temperatura y otros aspectos climáticos, como las estaciones o la humedad. Cuanto más calor hace, más aceites esenciales volátiles hay en el aire, y alcanzan la concentración máxima a unos 30ºC. Por tanto, ¡qué mejor que pasar los días de verano en el bosque! Además, cada especie de árbol tiene sus fitoncidas y los que más las producen son los de hoja perenne como los pinos, los cedros, los abetos y otras coníferas.
La composición principal de las fitoncidas son los terpenos que les dan el olor característico segun el tipo:
D-limoneno: sí, el olor es a cítricos.
Alfa-pineno: el olor a pino, muy frecuente en nuestros bosques.
Beta-pineno: huele a hierba, como la albahaca.
Canfeno: huele a trementina o a resina.
Los microbios
Además de fitoncidas, cuando paseamos por el bosque también respiramos una bacteria común e inofensiva: Mycobacterium vaccae. Sus efectos beneficiosos fueron descubiertos por la dra. Mary O'Brien, oncóloga del Royal Marsden Hospital de Londres. En un ensayo estaba administrando M. vaccae a los pacientes con cáncer de pulmón para comprobar si potenciaba el sistema inmune y, en vez de esto, se encontró que los pacientes experimentaban una mejoría sustancial de su calidad de vida con mayor positividad, más energía y mejor funcionamiento cognitivo. Años después, en ratones, se comprobó que la misma bacteria causaba un efecto similar a los antidepresivos: se activaban neuronas asociadas al sistema inmunitario.
La tierra estimula el sistema inmunitario, y un sistema inmunitario potenciado nos hace sentir mejor. Dr. Qing Li

La medicina forestal
Los beneficios de la naturaleza hacia el ser humano provienen, mayoritariamente, de los bosques: nuestro medio ancestral, nuestro hogar original. Y tal y como nos sucede cuando nos alejamos de casa, esas ganas de volver a nuestro entorno es lo que experimentamos ahora que estamos tan desvinculados de la naturaleza como sociedad en forma de estrés, enfermedades, malestar...
El confinamiento en casa es un buen momento para darnos cuenta de lo mucho que necesitamos estar entre árboles.
Fruto de estas investigaciones, en Japón surgieron los llamados Shinrin-yoku, una actividad en la que se anima a la población a caminar y sumergirse en la atmósfera del bosque. La traducción es literalmente "baño de bosque" ya que es similar a nadar metafóricamente entre los componentes volátiles saludables que secretan los árboles y que absorbemos a través de la piel y los pulmones, obteniendo así muchos beneficios para nuestra salud. Concretamente, Shinrin-yoku como palabra fue concebida por la Agencia Forestal de Japón a inicio de los años 80 para ayudar a las personas que vivían en inmensas ciudades contaminadas y saturadas como Osaka, Tokyo o Kyoto a volver a la naturaleza y recuperar el equilibrio.
Tal es la importancia del bosque en Japón, que actualmente existe la medicina forestal: una herramienta terapéutica que los médicos podemos usar para prescribir baños de bosque.
Actualmente, en Japón un 80% de la superfície es bosque y hay más de 70 bosques considerados terapéuticos. ¿Por qué los japoneses conservan tanta extensión verde aún siendo una sociedad tecnológicamente tan avanzada? Sin duda, porque a diferencia de occidente, para ellos talar un árbol es un sacrificio literalmente así que a lo largo de la historia y a día de hoy, se lo piensan mucho. La religión, en este caso, ha tenido un papel protector muy importante ya que la nativa de Japón es el sintoísmo (神道 Shintō) basada en la veneración de los Kami o espíritus de la Naturaleza. Y a menudo estos viven en los árboles.
Como hemos visto, lo que empezó por experiencia, porque simplemente es evidente que cuando paseas por el bosque te sientes mejor, sigue y crece también como ciencia. Aún así, en occidente nos queda un largo camino. A diferencia de oriente, nuestros bosques viejos y maduros (los más terapéuticos) casi han desaparecido. Dónde los japoneses ven deidades, nosotros billetes. Pero los bosques son más que madera, miel, fitoncidas, hongos, plantas medicinales, especies botánicas, fauna, agua, tierra... Nuestros bosques son nuestro hogar más sagrado físico, psíquico y espiritual. Volver a ellos es fundamental para el equilibrio planetario.
El shinrin-yoku nos ayuda de forma sencilla a restaurar nuestra conexión con la naturaleza.
Cuando queremos una función terapéutica, prescribimos terapia forestal, más que un paseo por el bosque: hay que hacer ciertos pasos en el bosque para esa persona en concreto. Escogemos un bosque con funcionalidad terapéutica, un recorrido adecuado para la persona y un guía que nos ayude a una mayor conexión. Esto es lo que llamamos baño de bosque terapéutico.
Actualmente, en todo el mundo (Japón, Corea, Australia, USA, Alemania, Suecia, Cataluña...) hay movimientos hacia establecer los baños de bosque como parte del sistema sanitario, como medicina preventiva, y se anima a la población a visitar el bosque. Sabemos que 2-3 horas semanales son suficientes para ver un beneficio en la salud de las personas y que estar un fin de semana en el bosque aporta beneficios durante más de 30 días consecutivos. ¿Vamos a dejar pasar esta oportunidad?
¿Cómo podemos incorporar los baños de bosque a nuestra vida?
Parece difícil, sobretodo viviendo en medio de una gran ciudad, en un piso pequeñito y sin balcón. Me he puesto en uno de los panoramas más difíciles para que veas que sí es posible. Vamos a ello:
Ves una vez a la semana mínimo, durante 2-3 horas al bosque, al parque... el entorno natural más cercano y accesible para ti. Y simplemente estáte ahí. Quítate los zapatos y palpa la tierra, la hierba, las hojas, el tronco... Estírate en el suelo y observa el sol a través de las hojas de los árboles. Ahora cierra los ojos. Escucha. Escucha las ramas al son del viento. Y huele. Huele el aroma del bosque, los aceites esenciales más naturales y sagrados que existen están en su atmósfera.
Cuando tengas que salir de casa, procura cambiar tu recorrido a uno que te haga cruzar un parque, una calle arbolada, un bosque, estar cerca de la montaña o el mar. Sólo con ver "verde" ya obtienes beneficios.
Crea tu minibosque en casa: un terrario. Cualquiera lo puede hacer en un bote de cristal cerrado, aunque no tengas luz solar directa en casa. Ponlo por ejemplo en la mesa del comedor o en tu escritorio, allí dónde lo puedas observar varias veces al día.
Cultiva tu minihuerto. Hay soluciones incluso de interior que yo misma uso y funcionan de maravilla como esta. Ya hablaremos de esto pero hay unas plantas que toda casa debe tener: perejil, menta, tomillo y romero.
Usa aceites esenciales en difusor: aveto, pino, ciprés, cítricos, romero, tomillo... 30 min mañana y noche es suficiente para que te traslade al bosque y active tus sentidos. Tienes algunas sinergias de calidad que son una buena opción como esta o esta.
Cambia los fondos de pantalla por paisajes de la estación, que te inspiren y te relajen, también coloca fotografías en casa o en el trabajo. Un buen sitio dónde descansar la vista de vez en cuando.
Haz un balcón verde: si llenamos de vida y plantas todos los balcones de las ciudades y pueblos, imaginad el goce que sería salir al balcón. Haz crecer tus plantas multifuncionales como la caléndula, la aloe vera, el diente de león, la malva, el amaranto...
Crea tu jungla urbana: sí, sí, tal y como lo estás pensando. Llena tu hogar de plantas que además purifiquen el aire como el potus y el bambú. Un truco para facilitar el cuidado es juntarlas por grupos y así las podrás regar de golpe sin olvidarte ninguna.
Y esto es todo por hoy 👏🏻
Te animo a que te acerques al entorno natural y que poco a poco lo hagas tu hogar, lo respetes y lo ames como tal. Ojalá esta información te sea de ayuda, es una de las "herramientas" que uso en consulta y en mi vida: funciona. ¿Se os ocurren más ideas para traer el bosque a casa? Leo vuestros comentarios 😊 y me animan mucho a seguir vuestros ♥️
Gracias por formar parte de esta saludable tribu, de esta revolución saludable.
Un abrazo muy verde,
Mun
Bibliografía:
1. El poder del bosque, Shinrin-yoku. Dr. Qing Li
2. Shinrin-yoku. Sumergirse en el bosque. Annette Lavrijsen.
3. Estudios: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/?term=shinrin-yoku
Nota: los productos enlazados no son fruto de ninguna colaboración sino de mi experiencia y uso, por eso los recomiendo. Si alguno vez realizo alguna colaboración (¿os imagináis?😙), en línea con la ética y los principios Koomo, lo anotaré en el post.
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